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El Barça de Arthur Melo

during the Group B match of the UEFA Champions League between FC Barcelona and FC Internazionale at Camp Nou on October 24, 2018 in Barcelona, Spain.

El Barça de Arthur Melo

El Camp Nou lo extrañaba antes incluso de conocerlo. Lo echó de menos en el recuerdo de otros. Centrocampista como Xavi Hernández, de esos con inclinación a reclamar siempre el balón y obsesión por no perderlo, y brasileño como Dani Alves aunque de su fútbol se desprendan pocas trazas que identifiquen su lugar de procedencia, Arthur Melo es el futbolista que ha cambiado la temporada del FC Barcelona. A partir de Wembley, noche a la que tanto el jugador como el equipo llegaron sin adjetivos rotundos e incontestables, el Barça 2018-19 empezó de nuevo. Hasta Londres había llegado con profundas dudas de juego y una nueva propuesta táctica en entredicho, y tras firmar los mejores noventa minutos de su arranque de curso salió de su enfrentamiento contra el Tottenham con un nuevo plan de vuelo. Un camino descubierto en el que, a partir de la entrada en el once de Arthur, de la reubicación de Coutinho como delantero y del sacrificio de un Dembélé cuya tendencia a perder el balón en zonas centradas comprometía la estabilidad de un conjunto con pilares de cristal, cabe distinguir a Ernesto Valverde en un grado similar al curso pasado aunque de una forma diferente.

El equipo bicampeón que diseñó el Txingurri doce meses atrás y el que ahora encadena tres semanas con sensaciones futbolísticas al alza se diferencian en muchas cosas, pero se asemejan en una virtud que suele ser un rasgo característico del técnico cacereño: las individualidades tienen una estructura sobre la que encontrarse. Una mano tendida desde la pizarra. De regreso a la Champions League, en esta ocasión para medirse al Inter de Milan en el primer partido de los que próximamente va a perderse Leo Messi por lesión, la decisión que tomó Valverde a propósito del reemplazo del argentino no fue más que un gesto que subrayaba el valor del hallazgo conquistado en Wembley. Con Rafinha el Barça mantuvo la forma y buena parte de las pautas que ha ido siguiente durante las últimas semanas, pues en el canterano encuentra muchas de las dinámicas de Messi aunque notablemente reducidas en cuanto a impacto. Zurdo y con afinidad por empezar la jugada abierto a la derecha, tan cuarto centrocampista como tercer delantero, con el aprendizaje posicional de La Masia cosido a la bota pero cierta libertad latina para interpretarlo, con el pequeño de los Alcántara ocupando la plaza del 10 la mayoría de sus compañeros no vieron modificada su forma de relacionarse con el teórico extremo derecho del equipo. Sólo Sergi Roberto, más presente dentro de lo que ha venido estando Semedo o de lo que él mismo desarrolla cuando comparte el carril con Leo, y un Coutinho menos destino y más origen de las sacudidas que demandaba el ataque culé, dibujaron sobre el césped comportamientos notoriamente diferentes a los que han representado recientemente.

Inter

– De izquierda a derecha, la posición de Rafinha, el peso interior de Sergi Roberto, el mapa de pases y de duelos aéreos de Lenglet. (vía fcbarcelona.cat y whoscored.com) –

La designación de Rafinha como el primer sustituto de Messi, a su vez, no resulto sólo un gesto individual, sino que recogió la esencia de la estrategia azulgrana en ausencia de su máxima estrella. Priorizando la conservación de la estructura, Valverde señaló la adquirida compostura táctica como un bien superior, asumiendo que el equipo supeditara a ella otras cuestiones a las que con Messi no se ve forzado a renunciar. Fue, por lo tanto, un Barça lento pero seguro, con menos capacidad de desequilibrio y de generar ocasiones de gol que cuando Leo es quien enciende el fuego, pero que a cambio dispuso de dos factores que le invitaron a aceptar un estatus diferente en lo referente a su ataque. En primer lugar, la combinación del orden táctico que no puso en peligro con la alineación de Rafinha y la apuesta por una circulación más pausada y cauta que esquivara cualquier opción de romperse, se tradujo en un control muy elevado sobre la transición defensiva del Inter. Los locales se juntaron a través del pase, no se expusieron a perder la pelota en una zona donde no estuvieran preparados para lanzar la presión, y una vez superada la primera línea defensiva de los de Spalletti a través de las botas de Lenglet, Arthur y Sergio Busquets, hundieron a los visitantes dificultando una posterior contra italiana.

En este sentido, la pareja de centrales barcelonista impuso su ley en el juego aéreo cuando el cuadro neroazzurro buscó el servicio largo para activar su transición, convirtiendo por momentos el campo en una suerte de frontón que siempre devolvía el cuero a la mitad que, en última estancia, custodió Handanovic. Aunque Icardi apenas necesite volumen de juego para amenazar con la posibilidad de anotar, y así lo dejó ver cuando el esférico rondó el área del Barça, tanto Piqué como Lenglet supieron imponerse en su zona. El otro factor que legitimó a Valverde a optar por una estrategia en la que la seguridad pasara por delante de la peligrosidad tuvo que ver con la presencia en ataque, junto a Rafinha, de Luis Suárez y Coutinho. El brasileño por su ya testada capacidad de intimidar al arco rival desde el golpeo, y el 9 a lomos de un momento de forma muy superior al que mostró en el arranque de curso, mantuvieron el gol culé cerca a pesar de no contar con Messi a su lado. Especialmente el uruguayo firmó un encuentro muy completo, domando el tiempo de la acción de espaldas a portería, ofreciendo ventajas a la media desde la descarga y guiando los movimientos de vanguardia con la lectura e intención de quien en otro tiempo pasó por el mejor delantero centro del planeta. Su colmillo no luce el mismo filo que por norma brilla en la sonrisa de Leo Messi, pero en un Barça resguardado y poco intimidado, valió a los de Valverde para no mostrarse inofensivos sin el 10.

Comments:2
  • Iniesta10 26 octubre, 2018

    Me hubiera gustado ver a Malcom un rato en lunar rafinha. És una opcion que creia muy lógica

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  • Riera 26 octubre, 2018

    ¿Para controlar el partido como expone el texto, Iniesta10?

    Yo le hubiera encontrado más sentido a que fuera el cambio de Coutinho en la segunda mitad para, como hizo Valverde, aprovechar con dos jugadores a pié natural (Sergi Roberto y Munir) los espacios que dejó el Inter con el marcador en contra. En esta situación, hubiera encontrado lógico ver a Dembélé en la posición de Sergi Roberto y Malcom en la posición de Munir. Pero, para ambos, la situación es la que es.

    Otra cosa que estoy echando en falta es ver a un interior derecho a pié cambiado para recibir el pase atrás del lateral o el extremo perfilado hacia el cambio de orientación. Lo tienen en el sector izquierdo y me parece que el control y la continuación de la jugada es más natural. Además, parece que será el espacio destinado a Aleña cuando vaya cogiendo galones.

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